Os comparto el paso a paso de la instalación, para que sepáis a lo que os vais a enfrentar si decidís hacerlo.
La primera pantalla es idéntica a la de Windows 10, en donde nos permite elegir el idioma de la instalación, el formato regional y el teclado.
Para una instalación limpia, elegiremos el tipo de instalación personalizada.
Este punto es muy importante ya que aquí elegimos el disco donde vamos a instalar Windows, y lo más conveniente es borrarlo por completo y dejar que Windows 11 cree el esquema de particiones y configure el gestor de arranque.
Aconsejo hacer la instalación con el resto de discos desconectados, para asegurarnos de que el instalador de Windows instalará el gestor de arranque en nuestro disco. No sería la primera vez en la que termino con un disco sin gestor de arranque porque Windows ha asumido que otro disco es el que lo tiene, o peor aún, modificando el gestor de arranque de otro disco. Esto es importante sobre todo en equipos que pueden iniciar sistemas operativos distintos desde discos distintos, como en mi caso con Windows y macOS.
En este caso, estoy con un disco virtual que he configurado con una capacidad de 80GB y que está sin inicializar, por lo que tenemos que pulsar sobre la opción "Nuevo". En un equipo real aparecerán los discos que estén conectados, y es muy importante elegir el correcto, o acabaremos borrando un disco que no queríamos. Otro motivo por el que recomiendo desconectar el resto de discos para hacer la instalación.
El instalador nos permite asignar toda la capacidad del disco o elegir un tamaño de partición menor. Lo normal será destinar el disco completo como disco del sistema.
El instalador nos avisa de que va a crear las particiones necesarias
Y crea tres particiones, una partición EFI, otra reservada para Microsoft y la tercera en la que se instalará nuestro Windows 11.
A partir de aquí, comienza la copia de archivos desde la imagen ISO y la instalación básica
Y tras completar esa fase, el equipo se reinicia y comienza con la fase preliminar de la instalación, configurando los controladores de dispositivos para nuestro hardware.
En muy poco tiempo habrá terminado esta fase preliminar
Y veremos la pantalla inicial del instalador de Windows 11, que es como nos lo dejarían en un equipo que acabáramos de comprar. Es curioso como Microsoft y Apple se miran de reojo y se copian las interfaces. Lo primero que tenemos que elegir es nuestra región.
La distribución de teclado
Y si queremos una segunda distribución de teclado, algo que no recomiendo salvo que realmente manejes teclados físicos con distribuciones de teclas distintas.
Antes de avanzar, el instalador llama a casa y comprueba si Microsoft tiene alguna actualización importante que deba aplicar en este momento.
Y valida que tengamos las versiones más recientes
Nos pide paciencia...
Más paciencia...
Y un poco más de paciencia...
Y sí, un poco más de paciencia...
Windows 11 está instalado, pero el asistente continúa con la personalización, en primer lugar dándole un nombre al equipo.
El cambio de nombre de un equipo requiere el reinicio del equipo.
Y el instalador continúa, preguntando si va a ser para un uso personal o bien profesional o educativo. En mi caso, elijo personal, que es el que menos restricciones ofrecerá, ya que los los modos profesional y educativo están pensados para ser gestionados por una organización.
A continuación, nos pide identificar nuestra cuenta de Microsoft. Para quien esté acostumbrado a trabajar solo con usuarios locales esto le parecerá un engorro, pero para mi es una gran ventaja, pues la cuenta de Microsoft me permite tener la configuración y los servicios replicados entre mis dispositivos. Esto es lo mismo que el ID de Apple o la cuenta de Google en un móvil, hoy en día es imprescindible si quieres sacarle el máximo partido a los servicios del fabricante.
No lo he probado, pero imagino que será posible instalarlo sin asociar una cuenta de Microsoft y creando solo una cuenta local.
Tengo instalado Microsoft Authenticator en mi iPhone, y es lo que utilizo como sistema de autenticación de doble factor. Así me aseguro de que aunque alguien tenga mi password, no la pueda utilizar.
El PIN me resulta muy útil para iniciar sesión o desbloquear el equipo sin necesidad de tener que usar la contraseña de la cuenta de Microsoft. En la Surface puedo usar también Windows Hello para hacerlo con mi cara, o el lector de huella dactilar que llevo en el teclado. Todos son métodos alternativos para iniciar sesión o para desbloquear el equipo.
Configuramos el PIN
El instalador ha detectado que tengo los datos guardados de mi MacBook y me ofrece utilizar su configuración, pero voy a configurarlo como un equipo nuevo.
Nos solicita permiso para que las aplicaciones utilicen nuestra ubicación, algo que cada vez se utiliza en más servicios y que sobre todo tiene sentido en equipos portátiles, que cambian de ubicación. No tanto en equipos de sobremesa que siempre están en la misma.
Con la ubicación activa, se puede activar la opción "Encontrar mi dispositivo", equivalente al "Buscar mi iPhone" de Apple. Importante para saber dónde me he dejado la Surface si la pierdo, por ejemplo.
No me gusta compartir demasiados datos de diagnóstico, así que elijo la opción mínima, que siendo una beta no permite que sea ninguna.
Para la escritura, elijo No.
No quiero que usen mis datos de diagnóstico para que personalicen mi experiencia, ya diré yo lo que quiero
El instalador ahora nos ofrece la posibilidad de personalizar nuestra experiencia, y prefiero activar todas las opciones para que no quede nada oculto. Prefiero verlo todo y luego decidir lo que me interesa y lo que no, incluso eliminar software que no necesito.
Al igual que hace macOS con iCloud Drive, Windows nos ofrece la posibilidad de usar la nube de OneDrive para almacenar nuestras carpetas de Escritorio, Documentos e Imágenes, y como Apple, ofrecen 5GB gratuitos que se te acabarán en seguida si no tienes cuidado.
Yo prefiero no hacerlo y que esas carpetas no suban a la nube.
También nos dan la opción de probar Office. No, gracias, usaré mi suscripción de Office 365 Profesional.
Y Xbox Game Pass, del que también paso porque no uso el equipo para jugar.
Ya hemos terminado, y el instalador realiza una última comprobación de actualizaciones.
Y lanza el proceso final en el que se prepara definitivamente nuestro equipo, con las últimas actualizaciones y la configuración personalizada que hayamos elegido.
Es un proceso largo, en el que nos van presentando las nuevas características de Windows 11
Parece que ya hemos acabado, pero aún nos queda algo más y el asistente sigue cocinando nuestra instalación.
Y por fin, llegamos al final. Tenemos Windows instalado y ya estamos en el escritorio.
Nuestra versión es la que habíamos descargado desde UUP dump, la 21H2 con número de compilación 22000.160
Si vamos a Windows Update, se descargarán las actualizaciones posteriores
Y una vez descargadas, solicitará un reinicio
Y tendremos Windows 11 actualizado a la última versión 21H2, con número de compilación 22000.194
Windows Update ya no reporta más actualizaciones
Y como estamos en una máquina virtual con VMware, instalo las VMware Tools para poder tener la mejor resolución de pantalla y soporte completo de todas las funcionalidades.
Un reinicio más
Y ajustamos la resolución de pantalla a la que nos interese
Podemos activar el modo oscuro
Que queda así
Y ver cómo luce el centro de notificaciones
El gestor de escritorios
Los widgets, que para mi gusto son muy poco útiles.
Y el explorador de archivos, con sus nuevos iconos de colores
En general, me parece más atractivo el sistema en color claro.
No olvidemos pasar por la Microsoft Store, que allí también hay aplicaciones para actualizar.
Aquí tenéis al sistema funcionando, de forma virtual y en resolución 4K en mi monitor BenQ PD2700U.
Si os animáis a probarlo, no dejéis de compartir vuestra experiencia.